25 sept 2013

SALUD BUCODENTAL DEL RECIÉN NACIDO Y DEL NIÑO
























En el 70% de los casos en lo que se trasmite las caries al recién nacido hay una relación genética bacteriana entre madre e hijo.

Pero, además de la genética, también hay un riesgo muy elevado de transmitir las bacterias causantes de las caries a través de la saliva con hábitos como el de utilizar la cuchara del bebé para probar la comida, chupar el biberón o el chupete.

El contagio precoz producido por agentes cariógenos primarios como bacterias, estafilococos mutans, estafilococos sobrinus, puede producir caries temprana en la infancia. Si se consigue retrasar esta infección primaria, se reduce el riesgo de desarrollar caries en el futuro.

Para prevenir este contagio, los progenitores deben someterse a los tratamientos restauradores necesarios así como llevar a cabo las terapias antisépticas y con fluoruro oportunas.

Una correcta higiene oral y adoptar hábitos saludables ayudan también a prevenir las caries infantil. Los dentistas recomiendan limpiar los primeros dientes de leche después de las comidas con una gasa o cepillo pediátrico ultrasuave, y no dejar al bebé acostado con el biberón, salvo que contenga agua.

La caries continúa siendo la enfermedad crónica más frecuente en la infancia. Toda lesión de caries que se detecte antes de los 6 año se denomina caries temprana de la infancia.

El uso racional de flúor mediante un cepillado con pasta dentífrica fluorada es la medida más importante para la prevención de las caries.
Hasta los ocho años de edad, la limpieza bucodental debe estar supervisada por los padres y la prescripción de suplementos orales siempre debe realizarla el dentista.

La primera visita del niño al odontólogo o estomatólogo debe realizarse al cumplir un año de edad y lo recomendable es que el uso del biberón y del chupete no se prolongue más allá del año.


























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