6 abr 2012

PARTOS PREMATUROS



La prematuridad es la condición neonatal que conlleva a un riesgo elevado de mortalidad y morbilidad por  discapacidad, se ha demostrado otra vez según un estudio,que la mejor solución es sencilla y con recursos de coste reducido. Como sabemos los partos prematuros han aumentado durante estos últimos años.

Un hospital  catalán ha logrado reducir en un 75% los partos prematuros con el uso de un simple anillo de silicona; un aro de siete centímetros de longitud que se coloca en el útero de la mujer de manera muy fácil y sin riesgo alguno, ni para ella ni para la criatura. Los avances médicos de las últimas décadas han permitido sacar adelante niños nacidos en condiciones muy precarias. A finales del siglo pasado era impensable que sobrevivieran criaturas con apenas medio kilo de peso. Muchas de ellas lo logran, sin embargo, a costa de padecer secuelas muy graves, que les perseguirán durante toda la vida. El trabajo dirigido por el hospital Valle D'Hebron, en el que han participado otros cinco centros españoles, supone un paso muy importante, y también económico, para reducir de manera drástica la cifra de nacimientos precipitados. En España son casi 35.000 al año.



«Los resultados obtenidos nos permiten confiar en una reducción sustancial de la prematuridad, que es la principal causa de enfermedad grave y mortalidad del recién nacido». La jefa de la Unidad de Medicina Maternofetal del Valle D'Hebrón, Elena Carreras, se muestra satisfecha del trabajo realizado en colaboración con los hospitales de Fuenlabrada (Madrid), el Materno Infantil de Las Palmas de Gran Canaria, Son Llàtcer, de Palma de Mallorca; el Sant Joan de Reus (Tarragona) y el Instituto Dexeus de Barcelona. La reconocida revista 'Lancet' recoge este trabajo en su último número, al considerar que el pesario cervical, nombre auténtico del anillo de silicona, supone «un paso decisivo» en la reducción de la prematuridad y sus secuelas.



Riesgo de muerte

Los partos prematuros se han multiplicado por ocho en los últimos treinta años. A principios de los años ochenta, solo uno de cada cien bebés llegaba antes de tiempo. Desde entonces, esa cifra no ha dejado de crecer, hasta situarse entre el 8% y el 10%, según comunidades.

El menor tiempo de permanencia en el vientre materno conlleva una mayor inmadurez de todos los órganos. El corazón, los pulmones, intestinos, hígado, incluso el cerebro. Son criaturas muy frágiles, expuestas a problemas de salud crónicos muy serios, que incluyen dificultades para aprender a caminar, complicaciones cardiovasculares y parálisis cerebral. «Un prematuro tiene una probabilidad 180 veces superior de morir que un feto que ha cumplido la gestación completa», recuerda Elena Carreras.

El retraso de la maternidad y los embarazos múltiples contribuyen a que se precipite el final de la gestación. Las mujeres que buscan ser madres después de los 35 están sometidas, además, a mayor estrés y riesgo de enfermedades ligadas a la edad, como hipertensión y diabetes, que también favorecen el adelanto del parto.

El anillo de silicona está pensado para mujeres que tienen un cuello uterino de menos de cuatro centímetros, que es la principales causa de adelanto del parto. El estudio realizado en España, el primero de grandes dimensiones realizado en el mundo, contó con la participación de 380 mujeres con embarazos de riesgo, seleccionadas entre una muestra de 16.000 gestantes. El 75% de ellas logró que su bebé naciera después de la semana 34 de gestación, cuando se considera que llega con el peso y desarrollo adecuados. El índice de satisfacción de las participantes alcanzó el 95%.

El pesario tiene múltiples ventajas. Su colocación es sencilla, por vía vaginal, sin necesidad de cirugía ni anestesia y permite seguir manteniendo relaciones sexuales a la mujer. Su coste es, además, muy reducido, 38 euros, razón por la que las promotoras del estudio consideran que debería ser cubierto por la Sanidad pública. «Un sólo día en una unidad de Cuidados Intensivos sale a 600 euros», indica Carreras. Además. hay que tener en cuenta que el coste de una terapia de por vida es considerablemente mayor.







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