El dormitorio de personas mayores y discapacitadas, tiene que ser un lugar tan especial e íntimo, no tiene por qué
dejar de ser bonito, cómodo y seguro, cuando surgen nuevas necesidades de cuidado,
al hacerse mayor o ir experimentando cómo en tu vida cotidiana van
apareciendo limitaciones y dificultades, a la hora de moverse, bien sea
por causa de una enfermedad o de la evolución de cualquier tipo de
discapacidad.
Con estas sencillas recomendaciones, verás cómo puedes disfrutar de
un dormitorio adaptado a ti, tanto en tu casa como en un centro
especializado. Cambiar y modificar tus muebles, distribuir el espacio de la habitación a tu conveniencia y de forma adecuada, poner en práctica unos trucos que te faciliten el acceso a lo que utilizas y a esos puntos que te resultan estratégicos, para tu autonomía y comodidad, seguro que solucionarán cualquiera de tus dificultades y harán de él un lugar muy agradable y a tu medida, sin tener que renunciar a las cosas que más te gustan, como su decoración.
Distribuye el espacio de tu dormitorio como te conviene, el espacio de que dispones debe adaptarse siempre al uso de muletas,
andadores o sillas de ruedas. Para ello, hay que tener en cuenta lo
siguiente:
- Anchura de paso mínimo de la puerta: 90 cm. Necesitas que la puerta de acceso tenga un hueco libre de una anchura mínima de esta medida, para pasar, fácilmente, con una silla de ruedas.
- Espacio mínimo de giro en el interior: 1,50 metros de diámetro. Una vez superada la barrera de la puerta, este espacio libre interior, que ha de estar libre de muebles y de cualquier otro tipo de objeto, te va a permitir realizar todo tipo de giros y maniobras con una silla de ruedas, lo que no sólo será bueno para tu autonomía, sino para facilitar las tareas de las personas que te atienden, bien sea en tu casa o en cualquier tipo de centro especializado.
- Zonas de paso libres de obstáculos. Mantener libre de obstáculos un camino de acceso desde la puerta de la habitación hasta la cama.
Utiliza una cama articulada regulable con mando eléctrico
Será una de tus mejores inversiones en confortabilidad y calidad de vida. Ten en cuenta que son muchas las horas que permaneces acostado y que la cama ha de adaptarse a tu situación. Si la que tienes ya te provoca más problemas que beneficios, porque es baja, poco resistente, necesitas estar un poco incorporado o con las piernas en alto, es el momento de decidirte por una cama de esteUn colchón sanitario para tu cama
Está fabricado en materiales pensados para evitar la aparición de escaras, esas heridas que se producen en las personas que permanecen mucho tiempo en la cama, a causa de las presiones que ejercen sobre su cuerpo el colchón sobre el que están acostados. Por ello, se adaptan a tu anatomía y permiten circular el aire y aliviar presiones. Algo absolutamente saludable, para ti.
Además sus fundas son impermeables y transpirables e incorporan tratamientos higiénicos especiales ignífugos, antigérmenes o hipoalergénicos, lo que supone un extra de seguridad, para que estés muy cómodo y protegido, cuando te encuentras en la camatipo.Las grúas: una ayuda extra que no tiene precioPara mover y trasladar a las personas de forma segura y saludable, tanto para ellas, como para sus cuidadores, las grúas son la mejor opción. Las elevaciones y transferencias desde la cama, la silla o, incluso, desde el suelo serán más cómodas y fáciles para todos.
De pequeño tamaño, cada vez su manejo es más sencillo, pues no necesitan herramientas, para su plegado y montaje y ocupan poco especio. Las tienes móviles, como la de la imagen, pero también fijas o de techo, con las que se puede diseñar un proyecto específico, para cualquier habitación.
Accesorios que hacen tu vida más fácil, cómoda y segura en la cama
Las barandillas abatibles te harán dormir muy
tranquilo y seguro, a la vez que dejarán que quienes te cuidan, puedan
atenderte con facilidad, pues, con simple movimiento de su cierre, se
deslizan suavemente sobre la cama. Sobre ellas puedes colocar un
protector acolchado, que impedirá que te golpees, mientras duermes.
Los soportes para incorporarte, como el de triángulo
de sobre el cabecero de la cama de la primera imagen, servirán para
que tengas un apoyo extra, a la hora de levantarte y acostarte, o cuando
deseas cambiar de postura en tu cama.
Además, podrás tener una bandeja con ruedas
sobre la que leer o comer cómodamente, así como fundas para colgar
sobre las barandillas y tener a mano los mandos a distancia o los libros
que estás leyendo.
Los empapadores como los de centros profesionales, los pijamas especiales para personas con alzheimer o las sábanas de protección son también otros ejemplos de la amplia gama de artículos con la que completar el equipamiento de tu habitación.
Adapta el mobiliario que tienes
- Pon cantoneras redondeadas de goma en las esquinas de las mesitas, en la cama, mesas y otros muebles que tengan las esquinas en pico, para que no te hagas heridas, si te golpeas accidentalmente con ellas.
- Cambia las asas o pomos puntiagudos de los cajones por asas redondeadas, en lugar de pomos, así podrás abrirlos con una sola mano.
- Incorpora a los cajones rodamientos y topes, para que te sea más fácil abrirlos y cerrarlos y evitar que se caiga su contenido.
- Cambia los interruptores y las bases de los enchufes, para que los tengas a mano. Además cuando los compres pide que sean de un color que haga contraste con la pintura de tu pared y que tengan un piloto luminoso. Así te será más fácil y rápido localizarlos en la penumbra u oscuridad.
- Asegúrate de que la iluminación que tienes en tu habitación es suficiente, para moverte con seguridad dentro del dormitorio. Para ello, coloca lámparas de pie o sobre las mesitas, que te permitan una lectura cómoda y te ofrezcan una luz extra, en cualquier situación.
- En tus alfombras, coloca una base antideslizante de goma. De esta manera, evitarás que se muevan y te hagan tropezar o resbalar.
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