8 sept 2014

ENVEJECIMIENTO





















El  envejecimiento de la población de los países desarrollados, debido al aumento de la esperanza de vida y disminución de la natalidad hace que aumente la incidencia de patologías derivadas del envejecimiento,como la enfermedad de Alzheimer, patología degenerativa, de lenta evolución y  sin cura, cuya asistencia necesita de diversos profesionales, entre los cuales, el Profesional de Enfermería tiene un peso específico desde la Atención Primaria , Especializada y las personas que se dedican al Cuidado de estos enfermos .

Dada la dependencia originada por el Alzheimer, la atención global implica la asistencia no sólo del afectado, sino también de sus familiares y sobre todo de su cuidador principal. El Profesional de Enfermería realizará la práctica asistencial hacia el binomio enfermo – familiar, de acuerdo a las características personales de los mismos y a la fase evolutiva de la enfermedad de Alzheimer (Fase inicial, fase moderada, fase severa y fase terminal).


La enfermedad de Alzheimer es el tipo de demencia más común (representa alrededor del 75% de las demencias). Se trata de una patología degenerativa, progresiva, de lenta evolución y sin cura, que afecta al cerebro humano en su totalidad; pero sobre todo van a verse afectadas las áreas asociativas corticales y parte del sistema límbico, zonas en las que están albergadas las funciones cognitivas superiores que nos diferencian del resto de los seres vivos (razonamiento lógico, pensamiento abstracto, respuesta emocional, lenguaje, etc.). 

A diferencia de algunas patologías, como las enfermedades agudas, en las que existen altas posibilidades de recuperación en periodos de tiempo razonables, gracias a los tratamientos curativos o incluso a diferencia de las enfermedades de carácter crónico, en las que un tratamiento estabilizador puede conseguir que el enfermo se encuentre en unas condiciones de salud óptimas a lo largo del tiempo, en la enfermedad de Alzheimer nos encontramos con un problema de salud progresivo, en el que el estado del enfermo, en el mejor de los casos, y utilizando tratamientos carísimos, solo va a mantenerse estable durante cortos periodos de tiempo.

La prevalencia de esta enfermedad es del 5-10 % entre las personas mayores de 65 años. Este índice se duplica en progresión aritmética en la población si se estudia en grupos de edad con intervalos de cinco en cinco años: 2% en la población de 65 a 69 años y 32 % o más en los mayores de 85 años. Hay autores que afirman que una de cada dos personas mayores de 80 años padece Alzheimer incipiente.

Las demencias en general, y la enfermedad de Alzheimer en particular, van a generar tal gama de problemas de salud, tanto física como psicológica y social, que la atención global del paciente y de la familia va a necesitar ser abordada por diferentes profesionales (médicos de familia, neurólogos, psicólogos, trabajadores sociales, abogados, etc). Dentro de este equipo de atención, el profesional de enfermería tiene un peso importantísimo mediante programas de atención independiente e interdependiente y siempre en coordinación con el resto de profesionales. 

Los enfermos de Alzheimer van a poseer una amplia gama de problemas, que en la mayoría de los casos quedan sin tratar (recordemos que el tratamiento actual de la enfermedad de Alzheimer tiene un enfoque sintomático y no va dirigido en ningún caso hacia las causas de la enfermedad). La Enfermería como profesión cuenta con estrategias terapéuticas que permiten controlar, modular o paliar muchos de esos problemas que hemos citado anteriormente. En realidad, en la atención del paciente con demencia tipo Alzheimer, se engloba de forma práctica la justificación de la existencia del arte y ciencia de la Enfermería con gran solidez. El enfermo de Alzheimer va a poseer una serie de necesidades alteradas que precisan ser tratadas, y en general no existen fármacos específicos ni intervenciones quirúrgicas que las palien, sino que se tratan con cuidados de larga duración. Estos cuidados van a ir dirigidos por parte de la Enfermería para proporcionar bienestar al enfermo y a su familiar, cuidar para añadir calidad a la vida, cuidar para impedir el sufrimiento y el dolor, cuidar para vivir y morir dignamente.



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